lunes, 8 de septiembre de 2008

Nelson: "Quiero mostrar mi fútbol a toda Europa y el Betis es el lugar perfecto"

De la Ilha do Sal viene uno de los fichajes más importantes del Betis para esta temporada. Es una de las grandes islas del archipiélago que conforma Cabo Verde. El turismo es la base de la economía de un lugar en el que el fútbol es una pasión gracias a aventureros como Nelson. Un buen día, con 17 años, convenció a sus padres para despegar desde el aeropuerto Amilcar Cabral hacia la antigua metrópoli. Si el asesinado héroe revolucionario luchó para abolir el colonialismo en esa zona, el hoy lateral bético hacía un trayecto inverso en búsqueda de la gloria en Portugal. En Vilanova do Gaia, cerca de Oporto, dio pasos que confirmaban lo que había prometido en el Palmeira caboverdiano, la cuna de su fútbol.
Superó adversidades y creció en el Salgueiros tanto que el ajedrezado Boavista lo incorporó de inmediato. Entonces aún no tenía definida su posición de lateral pero no tardó en hacerlo y en explotar en el Benfica. Ahora, con 25 años y en días de madurez, da un nuevo salto vital y profesional y llega al Betis, donde su fe y espíritu de superación deben mantenerle en el camino del éxito que le ha conducido hasta ahora.
Y es que Nelson quiere que en Heliópolis se vea a ese lateral que deslumbró como encarnado y que fue convocado para jugar contra Kazajistán aunque Scolari, entonces seleccionador luso, no lo empleó. «Elegí al Betis porque es un grande que está en una liga muy importante. Mi objetivo aquí es continuar mi carrera mostrando mi juego a toda Europa y, para ello, el Betis es un lugar perfecto», asegura Nelson.
Él ha sido uno de los artífices de que se abra el debate sobre la calidad de la plantilla actual y su trascendencia en la historia del club. Nelson evita entrar en terreno pantanoso y desconocido, pero esboza sensaciones positivas viendo entrenar a sus compañeros. «Aquí tenemos mucha calidad, pero debemos conjuntarnos bien porque esto no sólo consiste en tener buenos jugadores. Un equipo no se hace del día a la noche. Hay que confiar en cada jugador para que todos podamos hacer un buen trabajo. Sé que las cosas no han ido bien aquí estos años pero estoy seguro de que vamos a cambiar el rumbo de este equipo», asegura el caboverdiano.
Parecía que estaba predestinado a venir al Betis. Ya se había informado convenientemente de cómo era el club hace tres temporadas, cuando Momparlet lo incluyó entre sus objetos de deseo. «En 2005 ya supe del interés del Betis porque mi agente me dijo que me estaban siguiendo. Agradezco especialmente que después de tanto tiempo hayan seguido confiando en mí. Ahora soy un jugador más maduro y me siento capaz de responder a las expectativas que veo que se han creado aquí. Además, una cosa que me satisface especialmente es que el entrenador era quien quería que viniera aquí y eso me hace trabajar más cada día», afirma.
De Chaparro incide en la confianza que le ha dado porque «cuenta conmigo para el próximo partido aunque llevo tiempo sin jugar por una lesión, esa confianza me da fuerzas. Ante el Recreativo jugué poco porque había hecho sólo tres entrenamientos pero ahora espero responder». Y tiene ya el derbi en la mente. «Ricardo, Reyes y, sobre todo, Makukula me hablaron muy bien de Sevilla antes de venir. La gente es simpática y hay buen clima, como en Cabo Verde. Y de la rivalidad deportiva en la ciudad me han dicho que se parece a la que existe en Lisboa entre Benfica y Sporting, pero quizás más efervescente. Estoy ansioso por que llegue este partido porque sé que será una fiesta, aunque ahora hay que pensar en el Getafe», dice quien se ha convertido de inmediato en un referente para una afición falta de ídolos.
La fe como compañera
No se plantea Nelson haber sido otra cosa que futbolista en esta vida ya que «fue mi sueño y, gracias a Dios, lo he hecho realidad». La «ayuda divina» está muy presente en su día a día, ya que su vida no ha sido tan placentera como podía pensarse. Es el menor de una familia de siete hermanos (tres de un matrimonio anterior de su padre y otros tantos de su madre) y alguno intentó antes la aventura futbolística, pero no salió de Cabo Verde. El benjamín sí lo consiguió y en Portugal, con 17 años, compartió piso con siete compañeros buscando realizar su sueño. Mientras se acercaba a ello tuvo una hija, se encontró de bruces con la madurez y la vida se ponía cuesta arriba. Estuvo a punto de dejarlo todo y regresar, como era el deseo paterno, pero «seguí, acertamos y ahora estoy aquí. Mi casa es mi mente, así que no voy a cambiar para nada». Sí le impresiona la historia de Mantorras, que se ha convertido en su lectura de cabecera, y el orgullo que le hace representar a Cabo Verde allá por donde vaya.
Fuente: alfinaldelapalmera.com
Fotografía: eldesmarque.es

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